El inicio de las publicaciones de los contenidos me gustaría que abarcara temas básicos, pero indispensables, que os puedan servir de referencia en próximos artículos. Es por ello que me parece adecuado comenzar por las diferencias, cualidades y limitaciones de tener un instalador, un programa instalado o un programa portable en el sistema operativo del ordenador ya que, desgraciadamente, son muchos los que las desconocen.
Un instalador es un software ejecutable empaquetado, que contiene el programa (de aquí en adelante, aplicación), que deseamos utilizar, y las instrucciones necesarias para su despliegue en el sistema operativo. Por norma general, basta con hacer doble-clic en el instalador para ejecutar la instalación ya que suelen ser exe (EXEcutable) o msi (MicroSoft Installer). La extensión de un fichero son los últimos carácteres del nombre del fichero tras el punto (p.e.: prueba.exe)
Una vez el proceso de instalación se ha iniciado, el instalador comienza a solicitar diversa información necesaria como, por ejemplo, la ruta de la instalación, la aceptación de los términos de uso, etc.
Cuando el proceso de captación de información ha sido finalizado comienza la instalación, propiamente dicha. Este proceso extrae los archivos de la aplicación en la carpeta (en adelante, directorio) de la instalación pero, además, suele añadir rutas en el registro de Windows, directorios personales en el perfil del usuario, rutas en el registro de Windows que almacenarán datos de la aplicación y, en ocasiones, componentes compartidos en directorios del sistema.
Normalmente, el instalador siempre tendrá un tamaño menor que el total ocupado por la aplicación instalada; esto es así debido a que los archivos están comprimidos en el instalador.
Como podemos observar, una vez instalada la aplicación, no bastaría con "llevarse" el directorio de instalación a otro ordenador ya que, muy probablemente, no funcionaria puesto que nos falatarían todas las demás ubicaciones en las que el instalador a realizado cambios, así como las rutas del registro de Windows.
Entonces podemos afirmar que: el instalador se puede transportar pero la instalación no.
¿Pero que hay de la portabilidad de las aplicaciones? Pues... que es lo mejor pero no siempre es posible disponer de ella.
En ocasiones, cuando deseamos descargar una aplicación se nos ofrecen dos opciones: el instalador y el formato portable.
La principal diferencia entre ambos es que el portable no necesita de una instalación tal y como Windows la conoce. Es decir, todos los archivos que desplegará se situarán en un único directorio y no incluirá rutas en el registro ni añadirá directorios en el perfil del usuario ni componentes compartidos.
Esto quiere decir que si me "llevo" todo el directorio de la aplición, por ejemplo, en un pendrive podré utilizarlo desde el mismo pendrive en otro ordenador con el mismo sistema operativo o, incluso, copiar el directorio en otro ordenador.
Así de simple y grande es la portabilidad. :)
Recordad:
El instalador es indispensable para instalar la aplicación; una aplicación instalada no se puede transportar; y una aplicación portable siempre será preferible si queréis movilidad.
Saludos! ;)
no encontre lo que queria :c
ResponderEliminarni yo, si alguian me le dijiera a virginia esperanza que soy su amigiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiissssssssssssssssssssssssss de quinto grado no quiero que nadie sepa quien soy
Eliminarni yo, si alguian me le dijiera a virginia esperanza que soy su amigiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiissssssssssssssssssssssssss de quinto grado no quiero que nadie sepa quien soy
Eliminarpendejadas las tuyas
ResponderEliminaral intentar instalar un programa me sale el aviso error 87 hay otro instalador funcionando ciérrelo; pero no se como saber cual es y como lo cierro
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